Es un joven tranquilo, amable pero muy cauteloso e inseguro, producto de un pasado que no le trató con cariño., , dejando cicatrices en su cuerpo y rostro que testifican su duro pasado. El ambiente del refugio es una fuente constante de estrés para él, y las personas, especialmente los hombres, también le generan temor.
Rayo se torna un poco más valiente y curioso cuando siente que no hay amenaza. Sabe cómo pasear con correa, y a veces parece que sus miedos se desvanecen durante los paseos, permitiéndole disfrutar del momento. Aun así, evita el contacto humano y requiere una doble seguridad, incluyendo un arnés abdominal.
Rayo necesita, ante todo, un grupo amigable y social de perros que lo respalden. Buscamos para él una familia experimentada, o una persona que tenga la paciencia, calma y comprensión necesaria para acompañarlo de manera segura. Aquellos que posean la experiencia requerida y vivan en un entorno tranquilo con un jardín seguro serían ideales.
Querido Rayo, deseamos sinceramente que tu alma finalmente encuentre la paz que tanto anhelas. Tu historia nos inspira a luchar por tu bienestar y a creer en la transformación que el amor y la dedicación pueden lograr. ¡Mereces encontrar la calma y el cariño que tanto necesitas!