Wanda llegó a la FBM en noviembre de 2021. Ella estaba sana y era un perro completamente normal e incluso debería haber sido adoptada ya. Por supuesto, tuvo que ser castrada para eso y el despertar de Wanda no fue un despertar normal tras una cirugia, se desperto con fiebre alta y calambres, hasta que llego a sufrir episodios convulsivos. Tras una resonancia magnetica descubrimos que Wanda tenia un daño cerebral que le estaba produciendo estas convulsiones, que no han desaparecido y que actualmente tratamos con tratamiento médico.
Sin embargo, a pesar de que Wanda es cualquier cosa menos un perro normal, nos encanta el lado cariñoso de Wanda, normalmente relacionado con las salchichas o con las latas de comida con las que le damos su medicacion. Tan pronto como nos ve desde lejos, nos ladra como una loca y se pone a saltar.
No se puede acariciar a Wanda normalmente, porque desde el incidente apenas tolera el contacto, pero con mucho amor, tiempo y salchichas, es toda tuya. Apenas le pones un collar, entra en pánico al sentir la presión en su cuello y puede (por supuesto) morder con este miedo. Por eso buscamos una casa para ella que tenga su propio jardin donde ella pueda ser totalmente libre y feliz, fuera de cualquiere fuente de estrés que le pueda causar algun nuevo episodio de su enfermedad.
Sabemos que es mucho pedir, pero no imposible ¿verdad?