Ramiro es un galgo mágico, sí lo es.
Cuando él te mira, te atrapa en su hechizo y es casi imposible liberarse a menos que él rompa ese contacto.
Aun así, nuestro precioso amigo es preso de su inseguridad y eso hace que sea imposible liberar toda la magia que esconde en su interior.
Ramiro fluye con sus compañeros y se adapta muy bien a los grupos, una herramienta que le ayudará mucho en su futura familia.
De hecho, el hechizo de Ramiro tiene tres ingredientes principales que son:
Aprender a confiar en las personas de nuevo: La confianza es fundamental para Ramiro. Con paciencia y amor, él podrá volver a creer en la bondad de quienes lo rodean. Y aunque ya mejoró mucho en ese aspecto, convivir con una familia le hará confiar plenamente de nuevo.
Tiempo para sentirse seguro: Ramiro necesita tiempo para adaptarse y sentirse protegido. La tranquilidad y el ritmo adecuado son esenciales para que pueda mostrar su verdadera esencia.
Espacio sin forzarle: Es importante no presionarlo. Permitirle que explore y se acerque a su propio ritmo ayudará a que se sienta más cómodo y confiado.
Estos tres ingredientes son cruciales para desatar toda la magia que Ramiro lleva dentro, asegurando que pueda vivir plenamente y ser el compañero fiel y amoroso que está destinado a ser.