Napoleón llegó a nosotros gracias a la ayuda de algunas voluntarias que lo encontraron en la calle y decidieron darle una segunda oportunidad. Cuando llegó a nuestro refugio tenía dos de sus patitas dañadas y por esa motivación tuvo que ir varias veces al traumatólogo. Finalmente, con ejercicios de rehabilitación y muchos cuidados por parte del equipo de nuestro hospital, Napoleón consiguió recuperarse sin tener que pasar por quirófano. Ahora Napoleón está bastante mejor, apoya tranquilamente sus patas y no tienen ningún impedimento para jugar con sus compañeros del hospital.
En este tiempo que lleva con nosotros Napoleón se ha mostrado como un perrito cariñoso y juguetón. Con las personas que no conoce se muestra un poco tímido al principio, pero no tarda nada en coger confianza y mostrar su naturaleza amigable y cariñosa. Con los otros perros se relaciona muy bien, de momento está viviendo en nuestro hospital, estando tranquilamente en grupo sin tener problemas.