Parece que fue ayer cuando saliste de la FBM para irte de acogida, y empezamos a extrañar tus paseos por los pasillos, que no controlaras bien tu silla de ruedas y nos atropellaras a todos los trabajadores, que cada «atropello» era un símbolo de confianza y disfrute. Traspasaste el corazón de una de nuestras voluntarias y ella te llevó a casa, tu casa mientras esperabas una familia. Lamentablemente enfermaste , y por mas esfuerzos que hicimos, análisis clínicos y todo tipo de pruebas y tratamientos médicos… no lo hemos conseguido. Tu acogida nos sirvió para prepararnos, echarte de menos, y que volvieras para mimarte, esperamos haberte dado una buena vida.
Allá dónde estés Tono (para algunos Ícaro) esperamos que estés disfrutando, allí no te hace falta silla de ruedas.