Somos fieles creyentes de que aún queda gente buena. Que aún se sigue adoptando con el corazón, y que una enfermedad no es una barrera para ello…
Por eso, vamos a intentarlo con Rolex, uno de los galgos más especiales que tenemos.
Rolex llegó con mucho miedo hace ya bastante tiempo. Sin embargo, era un miedo muy recuperable, y solo necesitaba un acercamiento positivo para relajarse y dejarse llevar.
Pero el estrés del refugio le pasó factura y llegó en forma de epilepsia.
Desde entonces está con nosotros en nuestro hospital, y el acercamiento continuo al equipo veterinario y resto de trabajadores finalmente han hecho que Rolex confíe en las personas e incluso sea un galgo realmente cariñoso.
Dos caras. La buena y la menos buena, pero parece que la menos buena siempre prevalece ganando el pulso a la buena.
Los que han preguntado alguna vez por él solo ven su enfermedad, y la ansiedad que le produce estar encerrado o solo (normalmente es sólo por seguridad) y no ven más allá de un perro que salta encima tuya cuando te ve llegar, que adora el contacto, las caricias y que incluso busca tus manos para recibirlas. Es un perro bueno, que se lleva bien con otros perros, y que solo necesita controles para su enfermedad cada 3 meses y un entorno tranquilo, ya que con la medicación adecuada y controlada es poco probable que tenga crisis.
Se pasa el día llorando solo en su jaula o intentando escapar, pero todo cambia por completo en cuanto se siente acompañado.
Necesita una familia, tranquilidad y mucho mucho amor.
Decidnos que no estamos equivocados. Que aún queda gente buena que adopta con el corazón y que Rolex no va a quedarse aquí solo por su enfermedad…
•Adopta a Rolex : https://fundacionbm.com/adopta/